20.7.16

Macaulay Culkin no es el juguete roto que muchos creen que es, Conoce su verdad


culkin

















El actor concede su primera entrevista en mucho tiempo y rompe la imagen de juguete roto que le ha querido encasquetar la prensa

Macaulay Culkin tiene 35 años pero lleva la vida de adolescente que su éxito nunca le permitió tener.
Se levanta tarde y, cuando lo hace, no tiene muy claro dónde ni cómo acabará el día. En los últimos tiempos disfruta yendo de gira con algunos de sus amigos músicos, como Adam Green o Har Mar Superstar, ayudando en lo que sea.
" Mi casa está donde estén mis botas. Soy fan de meterme en los autobuses de gira de la gente, busco algo que hacer allí, cargo y descargo. Hago de todo menos vender merchandising. Lo intenté pero... No vendíamos nada".
Tal vez, algunos puedan pensar que se trata de una vida digna del juguete roto que consideran a Culkin, sin embargo, la realidad es otra. El actor lleva exactamente la vida que quiere llevar. No se ve obligado a trabajar para ponerse un plato de comida sobre la mesa y vive cada concierto como si fuera el último.
Macaulay está tranquilo y se lo pasa en grande.

Tras años declinando conceder entrevistas, el ex-ídolo infantil ha roto su silencio para The Guardian y lo ha hecho para negar muchos de los clichés que a la prensa le gusta atribuirle como personaje. Entre ellos, ha negado tener problemas con las drogas.
"No, no me metía 6.000 dólares de heroína cada mes, o lo que fuera".
Aunque lo que más le molesta no es que los paparazzis le sigan y luego inventen, sino que vendan su supuesta bajada a los infiernos envuelta enun moralismo con el que pretenden hacer ver que están preocupados por su salud cuando lo único que quieren es ganar dinero a su costa.

Culkin se gusta a sí mismo y asegura que si pudiera no cambiara nada de su vida actual ni de los numerosos altibajos personales que ha sufrido en el pasado.
Cuando no está de gira, pasa la mayor parte del tiempo en Francia, donde los parisinos le permiten vivir en el anonimato. Macaulay lleva décadas buscando de forma activa dejar de ser un personaje público.
Sin embargo, nos sigue fascinando como el primer día. No solo porque se trate de un icono de la cultura pop de los noventa, un ídolo de masas de nuestra infancia con el que, además, entra en juego la nostalgia. Es que Macaulay ha sabido surfear las olas aunque se haya mojado. Un cachondo mental que, cuando Ryan Gosling se dejó ver en público con una camiseta con su cara, contestó con otra en con la imagen de Gosling llevando su camiseta y asi hasta el infinito. Alguien que, en definitiva, no ha perdido ni un ápice del carisma con el conquistó las pantallas cuando ni siquiera había cumplido los 10 años.

Por eso, no cambiaría nada de su vida. Ni si quiera cuando fue detenido en 2004 por posesión de drogas y grandes cantidades de medicamentos como Xanax y Clonazepam. Precisamente, porque son las situaciones como aquella la que lo han llevado a convertirse en la persona que es hoy.
“La vida me ha dado muchas lecciones y, sobre todo, me ha enseñado a sobrevivir. Tuve que comportarme como un adulto cuando era un niño sin la madurez necesaria para comprender cómo funcionaba el mundo”.
Algo a lo que le ha ayudado no solo madurar en la adversidad sino dejar de pensar en sí mismo como en un personaje público.