Las graves deficiencias en los
servicios públicos que recibe la población “estrangulan” los
presupuestos de los dominicanos de todas las capas sociales y provocan
trastornos psicosociales con impactos negativos en la salud mental y
física. A pesar de que los dominicanos pagan impuestos hasta por
comer una menta, el Estado no les retribuye en servicios de agua
potable, salud, educación, transporte, energía eléctrica y seguridad
ciudadana los montos pagados por concepto de sus compromisos fiscales.
En el 2013, el Gobierno cobró impuestos por RD$372,000 millones. Si
el país tiene 10.4 millones de habitantes, cada dominicano hizo una
contribución al fisco de RD$37,750, pero ninguno recibió servicios
equivalentes a esa cantidad, afirmó el ex gobernador del Banco Central,
Guillermo Caram.
Ricos y pobres están obligados a “descuadrar” sus presupuestos
familiares o empresariales con grandes inversiones en servicios que el
Estado tiene la obligación de proveerles en la cantidad y con la calidad
satisfactorias. Estadísticas recientes indican que sólo el 10.5 por
ciento de la población conectada a los sistemas de agua potable recibe
un abastecimiento continuo del servicio.
Para abastecerse de agua potable, además de pagar la factura mensual
que religiosamente envía el Gobierno, las familias deben construir, con
recursos propios, costosas cisterna o pozos tubulares, comprar un tinaco
y una bomba que impulse el líquido.
Para llenar la cisterna o el tinaco, los usuarios deben comprar camiones de agua, con una periodicidad que depende del consumo diario de cada familia o negocio.
Francisca Terrero, una ama de casa consultada en Gazcue, afirma que
el consumo de energía eléctrica por concepto del uso del tinaco y la
cisterna se dispara en su hogar hasta en un 50 por ciento mensual.
Debido a la cuestionable calidad del producto, muchos dominicanos a veces se ven en la necesidad de comprar botellones de agua certificados como potables para cocinar o bañarse.
Debido a la cuestionable calidad del producto, muchos dominicanos a veces se ven en la necesidad de comprar botellones de agua certificados como potables para cocinar o bañarse.
No menos cuantiosa es la inversión en plantas eléctricas e
inversores, para enfrentar las dificultades propias del pésimo servicio
energético, con el agravante de que poner a funcionar una planta
eléctrica conlleva un costo significativo en combustible. El transporte
público es otro dolor de cabeza, con excepción del Metro de Santo
Domingo. Los ciudadanos de clase media y media baja están conminados a
envolverse en “grandes líos económicos” para comprar un carro de segunda
mano, mientras los más pobres aspiran a una motocicleta. De lo
contrario, tienen que exponerse a llegar tarde a los centros de trabajo o
de estudios, colgando de la puerta de una guagua, con la ropa sucia o
rota.
Además de altamente deficiente, el sistema transporte público es
excesivamente caro, a pesar de los multimillonarios subsidios
gubernamentales que reciben sus operadores. Del 2005 al 2010 el Gobierno
pagó más de RD$7,000 millones en subsidio a los sindicatos que operan
el transporte de pasajeros. A través del programa Bonogás Chofer, que al
mes de diciembre 2012 cuenta con 15,702 afiliados, el Gobierno
desembolsa $53,700,840 mensuales. Las principales federaciones de
transporte público de pasajeros reciben $3,000,000 de galones de gasoil
mensual exentos de impuestos.
Francisca Peguero y Williams Lora, dirigentes de la Asociación
Nacional de Enfermería (ASONAEN), denunciaron que los pacientes pobres
prefieren morir en sus casas antes que soportar los sufrimientos a que
son sometidos en los hospitales públicos.
El Gobierno repite una y otra vez que eliminó la cuota de recuperación en los hospitales, pero los usuarios deben pagar hasta por una aspirina que consuman.
“El personal de enfermería tiene que enfrentar frecuentemente
episodios muy críticos, con personas llorando de impotencia, porque
cuando van a los hospitales tienen que salir a vender sus pertenencias o
buscar prestados para realizarse los estudios y los análisis que el
hospital no los hace”, indicaron. “La población está abandonada a su
suerte, desprotegida totalmente, nadie es responsable de nada, el
sistema Nacional de Salud no está cumpliendo su rol de protección
social”, insistieron.
Peguero y Lora consideran que las autoridades devolverían la calidad
al sistema hospitalario asignando al ministerio de Salud Pública un
presupuesto equivalente al 5 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB). La mala calidad de la educación pública, provoca que los sectores
de clase media tengan que recurrir hasta a préstamos bancarios para
pagar las crecientes tarifas de los colegios privados.
El año pasado, esos centros notificaron a los padres incrementos de
tarifas entre un 5 y un 7 por ciento. La universidad estatal, donde
encuentran refugio más de 100 mil jóvenes que no tienen posibilidad de
cursar una carrera en las “incosteables” academias privada, tiene
déficit de profesores, laboratorios, aulas, butacas y otras recursos
indispensables para una enseñanza de calidad.
Mientras, el Gobierno evade cumplir el mandato legislativo de asignar
a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) una partida anual
equivalente al 5 por ciento del Presupuesto Nacional. Este año la
Policía Nacional opera con un presupuesto superior a RD$12,711 millones
pero, para cuidar sus vidas y propiedades, las familias hace gastos
extras en policías privados, cámaras de vigilancias, verjas de hierro,
alarmas para viviendas y vehículos y pólizas de seguro contra robo,
perros, entre otras alternativas. Esas obligaciones llevan a los
dominicanos a excederse en sus gastos muy por encima de sus entradas
mensuales y recurrir a opciones crediticias que, como las tarjetas de
crédito, tienen a muchos al borde de la desesperación.
En un artículo reciente, el economista Pedro Silverio, vicerrector de
la Pontificia Universidad Católica Madre y Mestra (PUCMM), graficó cómo
el fisco “se traga” el 36 por ciento del salario de RD$120,000
mensuales de un empleado de clase media.
El empleado se percató de que “mensualmente le descontaban RD$21,000
por concepto de Impuesto Sobre la Renta. Sus compras en el supermercado
eran aproximadamente de RD$32,000 al mes, y pagaban un ITBIS promedio
del 10%, para un monto de RD$3,200”.
“Tenía que llenar, cada semana, el tanque de gasolina de su vehículo, para un gasto mensual de RD$12,500, incluyendo los impuestos equivalentes a RD$4,600. Los servicios de comunicaciones (teléfonos, cable, internet, etc.) les representaban unos RD$11,000 mensuales, de los cuales unos RD$3,300 correspondían a impuestos que gravan a ese sector”.
“Tenía que llenar, cada semana, el tanque de gasolina de su vehículo, para un gasto mensual de RD$12,500, incluyendo los impuestos equivalentes a RD$4,600. Los servicios de comunicaciones (teléfonos, cable, internet, etc.) les representaban unos RD$11,000 mensuales, de los cuales unos RD$3,300 correspondían a impuestos que gravan a ese sector”.
“Visitaba una vez al mes un restaurante, en donde gastaba cerca de
RD$9,000, incluyendo unos RD$2,500 por ITBIS y la propina legal. Vive en
un apartamento que paga una renta mensual de RD$23,000, y paga
RD$12,000 por el servicio doméstico, mientras tiene que pagar US$0.25
por cada kwh de electricidad consumida, para una factura mensual de
RD$9,000. Hasta aquí Gerónimo ha calculado que su presión tributaria es
del 26%”.
“ Aunque no se trataba de un colegio relativamente caro, tenía que
pagar RD$16,000 mensuales por sus dos hijos. Es decir que a la presión
tributaria de Gerónimo habría que agregar los RD$12,000 que tiene que
gastar por un fallo en las políticas públicas”.
“La presión tributaria de Gerónimo se ha elevado hasta el 36% de sus ingresos. Si usted hace los cálculos verá que Gerónimo opera con un déficit mensual de unos RD$15,000”.
“La presión tributaria de Gerónimo se ha elevado hasta el 36% de sus ingresos. Si usted hace los cálculos verá que Gerónimo opera con un déficit mensual de unos RD$15,000”.
UN APUNTE
Daños a la salud
El siquiatra César Mella afirmó que los dominicanos viven una
realidad económica angustiante, que golpea, sobre todo, a los sectores
de las capas medias.
“Las urgencias económicas como las tarjetas de crédito amenazantes, las altas tasas de interés de los préstamos bancarios, el poco acceso al crédito, impactan el sosiego del ciudadano común, acercándolo a un nivel de incertidumbre que puede ser factor psicosocial con impacto negativo a la salud, sobre todo la mental”, afirmó.
“Las urgencias económicas como las tarjetas de crédito amenazantes, las altas tasas de interés de los préstamos bancarios, el poco acceso al crédito, impactan el sosiego del ciudadano común, acercándolo a un nivel de incertidumbre que puede ser factor psicosocial con impacto negativo a la salud, sobre todo la mental”, afirmó.
La frase
“No es cierto que la presión tributaria en RD sea de 13.6 por ciento”
Pedro Silverio
Economista
Pedro Silverio
Economista
“En 2013, cada dominicano pagó impuestos por RD$37,750.00”
Guillermo Caram
Economista
Economista
1- Además de pagar la factura eléctrica, en los hogares deben comprar inversores.
2- En la educación privada de los hijos, la clase media debe invertir
alrededor del 20% de su presupuesto, además de los impuestos que paga
al Estado para ese servicio.
3- El siquiatra César Mella
El nacional
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