La neuropsiquiatra Daisy Acosta llama a los cuidadores a educarse para evitar el desgaste
La persona que se dedica al cuidado de un paciente con demencia tiene probabilidades de enfermarse hasta tres veces más que un cuidador de otras patologías.
La observación la hace la doctora Daisy Acosta, neuropsiquiatra y miembro fundadora de la Asociación Dominicana de Alzheimer y Similares, quien, en conversación con Diario Libre, aseguró que un diagnóstico de demencia, cuando se entrega con herramientas y educación, empodera al paciente si aún le queda conciencia y a sus familiares para que entiendan de antemano lo que les espera con esta enfermedad.
"Un diagnóstico de demencia no quiere decir que la vida se acabó, es un proceso, el diagnóstico es simplemente el comienzo de un largo camino de cambios en los que el cuidador debe estar muy empoderado y conocedor de la enfermedad para que pueda manejar la situación porque es muy difícil", afirmó Acosta, quien también es médico geriatra y la creadora del primer Banco Nacional de Cerebros en República Dominicana.
La especialista indicó que el paciente con demencia empieza a presentar cambios de ánimos muy bruscos, que no se suelen entender, de ahí la labor de brindar apoyo para que la familia pueda manejar la situación sin que se enferme el cuidador.
"Cuando hablamos de prevalencia de personas con demencia, no podemos pensar en el paciente, tenemos que pensar en la familia que está recibiendo los embates de esa enfermedad. A medida que la enfermedad avanza, el paciente se va desconectando, y eso va calando profundamente, por tanto, si el cuidador no se cuida, se va con el enfermo y de hecho, normalmente el cuidador muere primero que la persona enferma", comentó.
DIARIO LIBRE
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