19.7.23

Vandalismo turístico: lugares emblemáticos que han arruinado los viajeros

 


Allí donde hay un monumento increíblemente antiguo, hay alguien que considera que su nombre es suficientemente importante como para registrarlo para siempre en una pared


El pasado lunes todo el mundo se levantó molesto por una noticia: un turista y su novia grabaron el momento en que decidían registrar para siempre su nombre en el Coliseo romano, que forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1980 y que en 2007 fue reconocido como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Por supuesto, el acto vandálico no dejó indiferente a nadie y pronto se hizo viral en redes sociales, gracias a la maravillosa idea de grabarlo del perpetrador del crimen.

 

No es, ni mucho menos, la primera vez que sucede algo así. En el propio Coliseo hace unos años otro turista irlandés grabó sus iniciales. Es un clásico: allí donde hay un monumento increíblemente antiguo y emblemático, hay alguien que considera que su nombre es suficientemente importante como para registrarlo para la eternidad en alguna de sus paredes. Nada se salva del turismo: Auschwitz está lleno de pintadas y la playa tailandesa en la que Leonardo DiCaprio grabó la película con el mismo nombre tuvo que cerrar debido a la masificación. Pero hay actos y actos, y aquí va una recopilación de los más flagrantes.

Lord Byron, el primer vándalo

¿Cómo comenzó esa manía de grafitear sitios famosos? Pues en realidad es muy interesante. Tenemos que remontarnos al siglo XIX, cuando muchas personas con el dinero suficiente para hacerlo comenzaron a recorrer lugares y viajar a sitios, algo que para nosotros es tan normal. Lord Byron fue uno de esos intrépidos viajeros que quiso ver con sus propios ojos el mundo entero, y cuando estaba en el templo de Poseidón, en cabo Sudonio, le pareció buena idea dejar testimonio de su nombre, grabado para siempre, en una de las columnas.

La pobre sirenita de Copenhague

El monumento más famoso de Copenhague (Dinamarca) ha sido objeto de vandalismo en múltiples ocasiones, y de las formas más crueles posibles: la han pintarrajeado, la han hecho estallar, le han dibujado ropa interior o directamente han tratado de restaurarla. Por suerte, ella resiste, y siempre que alguien decide fastidiarla la devuelven al cabo de unos días en perfecto estado.

El robo del Manneken Pis

Otro personaje famoso europeo es el manneken Pis (los Manneken Pis, en realidad) que decoran las calles de Bruselas en Bélgica. Hace unos años, alguien decidió robar al más antiguo de todos (que data de 1499), siendo el autodenominado 'Frente de Liberación del Manneken Pis' quien finalmente reivindicaba la autoría del secuestro. Una historia curiosa, porque la gente se ha pasado siglos robando la estatua del niño meón, desde soldados a fraternidades estudiantiles, pese a su pequeño tamaño.

Sexo en la Gran Pirámide

En 2018, el Gobierno egipcio tuvo que pedir a la Fiscalía General que investigase un vídeo que se había hecho viral en redes sociales, donde podía verse a una pareja escalando una de las tres pirámides de Guiza (a las que subir está terminantemente prohibido) y desnudándose en la cima, donde (presunta y probablemente) procecieron a hacer el amor. No parece muy cómodo pero allá cada cual con sus fetiches.

Robando en... Auschwitz

Ya señalábamos que ni Auschwitz se salva de las pintadas con nombres de desconocidos que han visitado el campo, pero en 2019 las cosas llegaron más lejos: un turista fue acusado de intentar robar "un artículo de importancia cultural", o, en otras palabras, un trozo de las vías metálicas del tren que conducía al campo. Surrealista es un rato, desde luego.

Pintando en formaciones con millones de años

Y seguimos para bingo en materia de grafiti. En 2019 también (fue un buen año en cuanto a actos vandálicos se refiere), dos visitantes del Parque Statal Starved Rock en Illinois tuvieron la peregrina idea de destrozar con sus firmas una formación hecha tras una tormenta de arena que tenía más de 400 millones de años, y que también se había utilizado en el pasado como lugar de encuentro sagrado para los nativos americanos. Con razón dicen aquello de leer la letra pequeña antes de firmar.


el confidencial

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