El experimento es el primero con éxito desde que Benjamin Franklin inventó el pararrayos, hace casi tres siglos
Desde junio de 1752, hace casi 271 años, la principal protección de los edificios y de sus habitantes frente a las potentes descargas de los rayos descansa en un invento de Benjamin Franklin: el pararrayos. El también político e intelectual nacido en Boston demostró que las nubes están cargadas de electricidad volando una cometa de armazón metálico y con una llave atada que atrajo una descarga.
Las barras metálicas sobre los edificios que atrapan los rayos y los conducen a tierra para neutralizarlos han salvado desde entonces miles de vidas e instalaciones críticas. Nature Photonics publica este lunes el primer avance significativo en casi tres siglos y con éxito para dominar esta fuerza de la naturaleza. Un total de 28 investigadores internacionales han presentado los resultados de un potente láser capaz de desviar los rayos al cielo.
El dispositivo es capaz de disparar un millar de pulsos láser ultracortos cada segundo para generar un canal ionizado, denominado filamento láser, que conduce el rayo hasta la atmósfera al crear una ruta preferente para la descarga alejada de emplazamientos vulnerables. “Al disparar mil pulsos láser por segundo hacia las nubes, podemos descargar el rayo con seguridad y lograr que el mundo esté un poco más a salvo”, indica Clemens Herkommer, ingeniero de TRUMPF Scientific Lasers, socio del proyecto LLR (Laser Lightning Rod o Pararrayos Laser) y coautor de la investigación.
EL PAIS
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