Cada vez más pruebas respaldan la capacidad de esta disciplina para promover ampliamente el bienestar y la calidad de vida
La próxima vez que no puedas ir al gimnasio porque llueve, prueba a ponerte Joy Division, Price o Shakira, dependiendo de tus gustos musicales. Cualquiera servirá. Una nueva investigación sugiere que hay un gran impacto positivo en la salud mental cuando escuchamos música, cantamos o tocamos un instrumento. De hecho, es muy parecido al experimentado cuando hacemos ejercicio o perdemos peso (y ambas cosas están relacionadas).
Según informa 'Science Alert', se basa en un metanálisis que cubre 26 estudios previos realizados con un total de 779 personas. La investigación abarcó de todo un poco, desde el uso de la música gospel como medida preventiva contra las enfermedades de corazón hasta cómo unirse a un coro puede ayudar a las personas a recuperarse del cáncer. Y es que un número creciente de estudios está encontrando vínculos entre la música y el bienestar.
La investigación abarcó desde el uso de la música gospel como prevención contra las enfermedades de corazón hasta cómo unirse a un coro puede ayudar a las personas a recuperarse del cáncer
"Cada vez más pruebas respaldan la capacidad de la música para promover ampliamente el bienestar y la calidad de vida relacionada con la salud", explican los investigadores en un reciente artículo publicado. "Sin embargo, la magnitud de la asociación positiva de la música con la calidad de vida aún no está clara, particularmente con las intervenciones establecidas, lo que limita la inclusión de las intervenciones musicales en la política y la atención de la salud".
Los resultados de los estudios también se compararon con otras investigaciones que analizaban los beneficios de las intervenciones médicas y no farmacéuticas (por ejemplo, hacer ejercicio o perder peso) sobre el bienestar y con investigaciones en los que los tratamientos médicos para problemas de salud no incluían musicoterapia. Según los autores del estudio, el impulso de la música para la salud mental está dentro del rango (aunque un poco inferior) del mismo tipo de impacto observado en las personas que se comprometen con el ejercicio físico.
Agregar intervenciones musicales a tratamientos habituales se asoció con cambios clínicamente significativos en la salud mental y en una variedad de condiciones diferentes
Además, un subconjunto de ocho estudios demostró que agregar intervenciones musicales a tratamientos habituales se asoció con cambios clínicamente significativos en la salud mental y en una variedad de condiciones diferentes. Al mismo tiempo, los investigadores señalaron que hubo una variación sustancial entre los individuos en los estudios con respecto a cómo de bien funcionaron las intervenciones musicales, incluso si el panorama general era positivo.
Los investigadores esperan que estudios como este animen a los profesionales de la salud a prescribir algún tipo de musicoterapia con más frecuencia cuando se trata de ayudar a los pacientes a recuperarse de una enfermedad o mantener una buena salud mental. Para muchos de nosotros, escuchar música o cantar son actividades placenteras y quizás no se sientan tan desafiantes como salir a hacer ejercicio o seguir una dieta, otras razones por las que podrían ser útiles como formas de terapia. De cualquier forma, los investigadores advierten que se necesita investigación futura para aclarar las intervenciones musicales óptimas o las dosis para su so diario en escenarios clínicos y de salud específicos.
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