Un estudio de tiburones blancos (Carcharodon carcharias) en la costa norte de California (Estados Unidos) ha encontrado una población adulta y un ligero aumento en el número de tiburones subadultos, siendo en total 300 individuos. Los investigadores utilizaron un señuelo de focas para atraer a los depredadores a sus botes y así poder fotografiar y hacer el recuento de tiburones blancos.
Desarrollo de la investigación
Según Taylor Chapple, ecólogo marino de la Universidad de Oregón (Estados Unidos) estos animales son fundamentales para el ecosistema marino. Por esta razón, no se trata solo de una buena noticia para los tiburones blancos, sino también para las aguas que bañan la costa californiana.
Los tiburones blancos se encuentran en las aguas costeras de todo el mundo. Sin embargo, según el Fondo Mundial para la Naturaleza, actualmente están amenazados por la sobrepesca. Además, su población mundial está en declive.
Este equipo de investigadores ya publicó en 2011 un estudio de la población de tiburones en el norte y centro de California. Ahora, esta nueva investigación actualiza la estimación anterior con observaciones a más largo plazo. Según los científicos, los tiburones suelen pasar la mitad del año en el noreste del Pacífico, entre México y Hawái. Después, pasan la otra mitad del año más próximos a la costa, llegando tan al norte como Washington y tan al sur como México.
Asimismo, las poblaciones más grandes de tiburones blanco se encuentran cerca de la Isla Guadalupe (frente a México) y en la corriente de California. Esta corriente se extiende desde la bahía de Monterey (en el sur) hasta la bahía de Bodega (al norte de San Francisco).
Igualmente, desde 2011 hasta 2018 el equipo de investigadores ha realizado observaciones desde un barco en tres sitios diferentes (la isla sureste de Farallón, la isla Año Nuevo y la punta Tomales frente a la costa de California). Así, pudieron recopilar imágenes submarinas de grandes tiburones blancos y más de 1 500 fotografías.
Para llevar a cabo el recuento de los tiburones se fijaron en sus aletas dorsales. Esto se debe a que, según Chapple, cada tiburón blanco tiene una aleta dorsal única. En palabras del investigador “es como una huella digital con un código de barras”. Esta identificación individual también permitió a los investigadores seguir a los tiburones machos y hembras durante un largo periodo de tiempo.
Aumento de la población
Este posible crecimiento podría indicar que las medidas para proteger los tiburones en la región están funcionando, tal como señalan los investigadores. En particular, las restricciones a las redes de enmalle (redes de pesca que se dejan en el agua para enredar a los peces) podrían estar mejorando la tasa de supervivencia de los tiburones jóvenes. No obstante, todavía es necesario hacer más para proteger a los tiburones blancos a lo largo de su ruta migratoria, tal como afirma el investigador Chapple.
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