5.2.18

Intel quiere que demos una segunda oportunidad a las smartglasses



Intel presenta Vaunt, un nuevo concepto de smartglass mucho menos invasiva, más discreta y ligera que las Google Glass, pero también más limitadas.

Las smartglasses no terminaron de despegar como se esperaba. Si bien es cierto que casi todos los modelos estaban enfocadas a los desarrolladores y se trataba de soluciones muy incipientes, lo cierto es que se vendieron de cara a la opinión pública como el futuro y la revolución en más de un campo, aunque nunca llegaron a destacar en casi ninguno de ellos por la fricción que suponía para el usuario y lo poco madura que estaba la tecnología (y el mercado).
Ahora Intel, que sigue en su empeño de buscarle una fuente de uso importante a esta tecnología -que sigue siendo prometedora, al menos conceptualmente-, se ha sacado de la manga una nueva línea de smartglasses que vienen a solucionar algunos de los problemas más importantes de la primera hornada, que tenía a Google como máximo exponente con las Google Glass. ¿Su principal baza? Diseño transparente para el usuario, marcos de plastico tradicional y un peso de 50g.
En definitiva, unas Google Glass que no parecen Google Glass. Además, todo sus componentes electrónicos están metidos en los patillas de forma transparente y dispara un láser de clase uno de muy baja potencia que genera una imagen roja monocroma de 400 x 150 píxeles. Eso sí, dejan de lado parte de la tecnología de las Glass, entre lo que se incluye la cámara, que no está incorporada en las de Intel.
Vaunt, que así se llama este nuevo proyecto, está bastante limitado, algo menos de momento, puesto que la única utilidad de las gafas es la de servir notificaciones relativamente simples de forma menos intrusiva que un reloj inteligente, puesto que permiten verlas de forma natural sobre la imagen que capta el ojo, sin necesidad de mirar otro dispositivo o quitar atención de la tarea que estemos haciendo.
Lógicamente, todo esto está en una fase temprana de desarrollo, pero lo cierto es que se trata de una segunda revisión a este tipo de wearable que parece bastante más prometedor que los conceptos anteriores, mucho más intrusivos y friccionales.
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