LA RAZÓN. UNA OFENSIVA REBELDE MATÓ A 7 POLICÍAS E HIRIÓ A DECENAS
Colombia interrumpió el proceso de paz con el que busca sepultar el último conflicto armado de América. Unos atentados guerrilleros llevaron al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a congelar ayer lunes los diálogos con el ELN.
“He tomado la decisión de suspender la instalación del quinto ciclo de conversaciones que estaba prevista para los próximos días, hasta que no vea coherencia por parte del ELN entre sus palabras y sus acciones”, afirmó Santos en una declaración.
A su vez, ordenó a la fuerza pública actuar “con máxima determinación” contra el último grupo rebelde reconocido por el gobierno, ante la ofensiva que dejó siete policías muertos y decenas de heridos el fin de semana.
Con el anuncio, quedan congelados los esfuerzos del gobierno para superar una guerra de más de medio siglo, tras la firma en noviembre de 2016 de un acuerdo de paz con las comunistas FARC, ya desarmadas y transformadas en partido político.
Los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) estaban en suspenso desde el 10 de enero, cuando los rebeldes iniciaron una ofensiva contra la fuerza pública y la infraestructura petrolera.
La avanzada ocurrió tras el fin de la primera tregua bilateral y cuando estaba previsto que comenzara la quinta ronda de las conversaciones instaladas hace casi un año en Quito.
Santos, que dejará el poder en agosto tras dos periodos de cuatro años, llamó entonces a consultas a su jefe negociador, Gustavo Bell, con quien se reunió este lunes. Su gobierno respondió con una ofensiva militar que deja docenas de muertes y capturas.
Las pláticas se reanudarán “cuando el ELN haga compatible su conducta con la exigencia de paz del pueblo colombiano y de la comunidad internacional”, agregó el mandatario.
Y aseguró que, entretanto, seguirá “combatiendo el terrorismo con toda contundencia como si no hubiese negociación de paz”, y negociará “como si no hubiese terrorismo”.
(+) LA ADVERTENCIA DE AMNISTÍA INTERNACIONAL
Amnistía Internacional (AI) alertó ayer que “una nueva tragedia se gesta” en Bojayá y el Bajo Atrato, áreas del departamento colombiano del Chocó (oeste), donde la guerrilla del ELN y los grupos herederos del paramilitarismo combaten para ocupar el territorio que abandonaron las FARC. Según detalló AI en un comunicado, esos combates ponen una vez más “en riesgo inminente de violaciones de los derechos humanos en estas comunidades” y consideran que “la acción del Estado debe ser enfática”.
Recordó que la última alerta temprana emitida el 24 de enero por la Defensoría del Pueblo, que advierte que en los municipios de Bojayá, Medio Atrato (Chocó) y Vigía del Fuerte (Antioquia) persiste y se agudiza el riesgo de violaciones a los derechos humanos.
LISTIN DIARIO