En muchas ocasiones cuando te enfrentas a diversas situaciones que sientes que no puedes resolver por otros medios, sueles recurrir a “tergiversar la verdad”, no sólo hacia los demás sino, peor, para ti mismo, pero hay mentiras que se dicen que nadie debería creer, ya que a la larga afectan.De acuerdo con el psicólogo Robert Feldeman de la University of Massachusetts el mentir está vinculado con la autoestima.
Feldeman afirma que los seres humanos están “cableados” para engañarse a sí mismos y a los demás, están tan comprometidas con cómo los perciben los demás que a menudo son capaces de separar la verdad de la ficción en sus propias mentes.
Mentiras que paralizan
Si bien en ocasiones se “tergiversa la verdad” porque las personas creen que se protegen a sí mismas (o a los demás), existen aquellas que corroen la confianza en sí mismo y que impiden hacer las cosas que se anhelan.
Con base en las aportaciones de Stephen Guise, sicólogo y escritor de"Mini Habits", te compartimos algunas de esas mentiras que se dicen que nadie debería creer si no quiere quedarse paralizado.
1. El mundo está contra mí. Esto en realidad no está ni a favor ni en contra, tú eres quien enseña al mundo cómo quieres ser tratado. No te detengas ante esta idea, sigue intentándolo.
2. Soy demasiado viejo (o joven) para hacer algo. La misma historia demuestra que no hay edad determinada para alcanzar lo que realmente se desea, por lo que esta mentira lo único que hace es funcionar como excusa.
3. No puedo cambiar. “Cambiar es posible si en verdad se desea”, cuando las personas tratan de hacer esto quitando todo a la vez, no funciona, en cambio si se realiza de manera metódica, con el tiempo las cosas saldrán bien.
4. Necesito motivación para actuar. Mentira, porque la primera no precede a la segunda; en realidad la motivación es algo que siempre está presente, aunque en momentos de depresión pueda ser complicado, sólo debe reconocerse.
5. Soy una víctima. El autor explica que decir esto en el momento presente básicamente está mal usado, ya que puedes haber sido una víctima, sí, pero en el pasado. Ahora que te encuentras con la total libertad de elegir, es una mentira que lo hagas creer así.
6. Intentar es inútil. Cuando nos sentimos frustrados tendemos a expresar esta mentira, incluso a quienes se las decimos tratamos de convencerlas con argumentos de fracasos pasados, pero la única manera de llegar a la meta es intentarlo siempre.
7. Soy mejor (peor) que los demás. Las personas son clasificadas por su altura, peso, raza, entre otras, sin embargo todos somos humanos; contamos con diferentes atributos, habilidades y destrezas que nos hacen únicos.
8. Lo que necesito para ser feliz. Una de las mentiras más comunes que solemos manejar con nosotros mismos y los demás es que una cierta lista de cosas es lo que puede hacernos felices, el autor apunta que desde su punto de vista la alegría es lo único que realmente se necesita.
9. Cinco minutos más. En las mañanas es común pensar que un poco de tiempo más en la cama ayudará a que el día sea mejor, esto realmente no es así, ya que inclusive investigaciones científicas sugieren que esta práctica hace más daño que bien.
10. Todas las personas son iguales. Si eres de los que creen que “todos los hombres (mujeres) son iguales” u otros ejemplos de este tipo, estás creyendo y usando una mentira de estereotipo. De seguir con ella podrías perderte de conocer a quienes no son como tú lo expresas.
Todas estas, y otras mentiras que se dicen que nadie debería creer, son recurrentes porque siempre serán más fácil que luchar con la verdad, para que ésta se crea se necesitan pruebas y esfuerzo, por lo que es mejor evitarla. Pero al hacerlo puedes estarte causando un gran daño, medítalo.
Con base en las aportaciones de Stephen Guise, sicólogo y escritor de"Mini Habits", te compartimos algunas de esas mentiras que se dicen que nadie debería creer si no quiere quedarse paralizado.
1. El mundo está contra mí. Esto en realidad no está ni a favor ni en contra, tú eres quien enseña al mundo cómo quieres ser tratado. No te detengas ante esta idea, sigue intentándolo.
2. Soy demasiado viejo (o joven) para hacer algo. La misma historia demuestra que no hay edad determinada para alcanzar lo que realmente se desea, por lo que esta mentira lo único que hace es funcionar como excusa.
3. No puedo cambiar. “Cambiar es posible si en verdad se desea”, cuando las personas tratan de hacer esto quitando todo a la vez, no funciona, en cambio si se realiza de manera metódica, con el tiempo las cosas saldrán bien.
4. Necesito motivación para actuar. Mentira, porque la primera no precede a la segunda; en realidad la motivación es algo que siempre está presente, aunque en momentos de depresión pueda ser complicado, sólo debe reconocerse.
5. Soy una víctima. El autor explica que decir esto en el momento presente básicamente está mal usado, ya que puedes haber sido una víctima, sí, pero en el pasado. Ahora que te encuentras con la total libertad de elegir, es una mentira que lo hagas creer así.
6. Intentar es inútil. Cuando nos sentimos frustrados tendemos a expresar esta mentira, incluso a quienes se las decimos tratamos de convencerlas con argumentos de fracasos pasados, pero la única manera de llegar a la meta es intentarlo siempre.
7. Soy mejor (peor) que los demás. Las personas son clasificadas por su altura, peso, raza, entre otras, sin embargo todos somos humanos; contamos con diferentes atributos, habilidades y destrezas que nos hacen únicos.
8. Lo que necesito para ser feliz. Una de las mentiras más comunes que solemos manejar con nosotros mismos y los demás es que una cierta lista de cosas es lo que puede hacernos felices, el autor apunta que desde su punto de vista la alegría es lo único que realmente se necesita.
9. Cinco minutos más. En las mañanas es común pensar que un poco de tiempo más en la cama ayudará a que el día sea mejor, esto realmente no es así, ya que inclusive investigaciones científicas sugieren que esta práctica hace más daño que bien.
10. Todas las personas son iguales. Si eres de los que creen que “todos los hombres (mujeres) son iguales” u otros ejemplos de este tipo, estás creyendo y usando una mentira de estereotipo. De seguir con ella podrías perderte de conocer a quienes no son como tú lo expresas.
Todas estas, y otras mentiras que se dicen que nadie debería creer, son recurrentes porque siempre serán más fácil que luchar con la verdad, para que ésta se crea se necesitan pruebas y esfuerzo, por lo que es mejor evitarla. Pero al hacerlo puedes estarte causando un gran daño, medítalo.
Por: Salud180.com
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