“Algunas personas trabajan en autos viejos, algunos hacen ‘quilting’,
algunos coleccionan estampillas, y yo fabrico mochilas voladoras
(jetpacks)”.
Noche tras noche durante 30 años, el neozelandés, padre de dos niños, trabajó en una máquina secreta en su garaje.
Su esposa Vanessa era una de las pocas personas que sabían sobre el
artefacto de la edad espacial que estaba tomando forma en su hogar en
Christchurch. Afortunadamente para Martin, ella no estaba “tan loca como
él”, pero sí era lo suficientemente menuda como para ser su primera
piloto de prueba
Doce prototipos y 17 millones de dólares después, lo que empezó como
la afición de un joven universitario pronto podría estar en el mercado,
al ser la primera máquina de su clase en venderse de forma comercial.
He aquí, el “Martin Jetpack”.
“Cuando tenía cinco años, quería volar a la escuela”, dijo el
inventor de 54 años, quien anteriormente trabajó en mercadeo en la
industria farmacéutica.
“Vi ‘Perdidos en el espacio’, ‘Thunderbirds’ y el programa Apolo
cuando era joven. Cuando Neil Armstrong caminó sobre la luna, supe que
todo era posible. De alguna forma perdimos ese espíritu”.
Con una envergadura de solo un poco más de 2 metros, su máquina
voladora futurista puede viajar a 74 kilómetros por hora y elevarse a
una altura de 900 metros.
Funciona con un motor V4 de 200 caballos de fuerza, se moviliza
gracias a dos grandes hélices con conductos, y tiene suficiente
combustible para 30 minutos.
Si el piloto soltara los controles, la mochila de propulsión
automáticamente se mantendrá inmóvil en el aire. Un paracaídas
incorporado también puede abrirse en caso de emergencia.
Podría parecer como un diseño poco probable para un hombre que tiene
un título en bioquímica y fisiología. Pero como Martin dice, construir
cosas es solo parte del estilo de vida “Kiwi”, refiriéndose al apodo que
se les da a las personas de Nueva Zelanda.
“Los Kiwis viven estilos de vida al aire libre; a los 20 años, yo ya
podía esquiar, escalar montañas, descender en rappel, patinar en hielo,
dar paseos en kayak, practicar surf y paracaidismo”, explicó.
“Tenemos una tradición de hacer lo que necesitemos, de inventar
cosas. Así que los ‘jetpacks’ son una extensión normal para las personas
que crearon la lancha de motor y el salto en bungee”.
¿Misión imposible?
Martin ahora está buscando inversionistas que lo ayuden a que su ‘jetpack’, bueno, despegue del suelo.
La compañía necesita 4 millones de dólares en financiamiento. De
tener éxito, la máquina podría estar disponible solo meses después, a un
precio de más o menos 150.000 dólares.
Pero, ¿para qué servirá este atrevido diseño?
“Nuestro primer producto irá dirigido a los equipos de respuesta
rápida: bomberos, la policía, servicios de ambulancia, búsqueda y
rescate, recuperación de desastres y control fronterizo”, dijo el
director ejecutivo de la compañía, Peter Coker.
“Habrá una versión no tripulada capaz de levantar 1.000 kg en peso.
Ya ha habido muchas partes interesadas, entre ellos compañías de minería
y agricultura”.
También hay planes de introducir el ‘jetpack’ a la industria del
turismo y finalmente a las personas particulares, aunque su uso
dependerá de las leyes de aviación en cada país.
Los nuevos pilotos deberán participar en un curso de capacitación de una semana.
Ciudades del futuro
¿Realmente podríamos ver personas volando en ‘jetpacks’ por nuestras ciudades en el futuro?
“El ‘jetpack’ puede funcionar muy bien en la ciudad”, dijo Coker.
“Sin las grandes palas de rotor similares a las de un helicóptero, puede
operar en espacios cerrados”.
“Hay menos oportunidad en el presente para que los ‘jetpacks’ personales vuelen por los ambientes urbanos, debido a las regulaciones. Pero creo que esto probablemente cambiará con el tiempo a medida que se desarrollan nuevos enfoques de carreteras en el cielo para el transporte personal”.
Para Martin, sería el sueño de un niño hecho realidad.
“Tenía tres años cuando Al Shepard llegó al espacio, cuatro años
cuando John Glenn completó una órbita, nueve años cuando el Apolo 11
llegó a la luna, y 21 años cuando decidí hacer una mochila voladora”,
dice.
A los 54 años, podría estar a punto de ser parte de los libros de la historia. Informa CNN
Publicado por-William Gardon
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