El estrés puede arruinar tu salud. Produce jaquecas, dolores estomacales, insomnio y, además, puede alterar tus hábitos alimenticios.
Cuando estamos estresados podemos encontrarnos, casi sin darnos cuenta, preparando un chocolate o comiendo una pizza, o quedar completamente sin ganas de comer.
Pero ¿por qué el estrés afecta nuestro apetito?, ¿habrá algo que podamos hacer al respecto?
¿Qué es el estrés?
"El estrés es realmente la respuesta de tu cuerpo y de tu mente a las situaciones difíciles y abrumadoras que, en un momento dado, te pueden hacer sentir que no puedes hacer nada al respecto", explica la profesora Rajita Sinha, psicóloga clínica y directora fundadora del Centro Interdisciplinario para el Estrés de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
Los eventos en tu entorno, las ansiedades en tu mente y los cambios en tu cuerpo como el hambre o la sed extremas pueden activar la parte del cerebro del tamaño de un guisante llamada el hipotálamo, disparando una respuesta de estrés que activa nuestro cuerpo.
¿Cómo impacta el estrés crónico tu apetito?
El impacto del estrés crónico puede ir más allá de unas náuseas pasajeras o antojos de azúcar.
Cuando tu cuerpo está estresado, el torrente sanguíneo queda inundado de glucosa, momentáneamente haciendo que la insulina -la hormona que regula los niveles de glucosa- sea menos efectiva, explica la profesora Sinha.
La glucosa se queda en el torrente sanguíneo sin que se utilice para energía, causando el aumento de los niveles de azúcar en la sangre.
Esto deja a las personas con estrés crónico en riesgo de desarrollar niveles altos de azúcar en la sangre y resistencia a la insulina duraderos, lo que puede generar aumento de peso o afecciones como diabetes.
A su vez, el aumento de peso puede hacer que tu cuerpo sea más susceptible a los cambios de apetito. Generalmente, es probable que las personas con exceso de grasa corporal sean más resistentes a la insulina. Eso significa que cuando están estresadas, sus cerebros exigen aún más azúcar.
"Lo llamamos el ciclo de alimentación anticipada, que es que una cosa lleva a la otra. Es un círculo vicioso y más difícil de romper porque nos quedamos estancados en él", dice la profesora Sinha.
¿Qué alimentos evitar en períodos de estrés?
Una de las maneras más fáciles de evitar consumir mucha azúcar durante períodos de estrés es simplemente no comprar comidas chatarra, recomienda la profesora Sinha.
"Es una cosa muy práctica. Mantenlas lejos de tu alcance porque vas a tender a ir por ellas o sentir tentación, y eso puede ser difícil de eludir".
"La otra parte es pensar en consumir regularmente pequeñas porciones saludables durante el día, que puedan calmar esa hambre y antojo", añade.
Evitar las comidas que producen un aumento súbito de glucosa -alimentos llenos de carbohidratos simples como las pizzas y bocados azucarados- también es importante.
Las comidas ricas en proteínas, como la carne, frijoles y pescado, o carbohidratos saludables como lentejas y avena integral son buenas alternativas.
Otro aspecto a considerar es limitar el consumo de alcohol, algo a lo que recurren las personas con la esperanza de aliviar el estrés.
"Así que, si eres alguien que durante el estrés recurre al alcohol, entonces minimizar tu exposición a eso durante un período de estrés es algo muy bueno", apunta Storoni.Prestarle atención a tu red social también puede ayudarte a mantener el equilibrio y tu dieta a prueba de estrés.
"Los grupos sociales incorporan buenas maneras de sostener esta conexión entre el estrés y mantener el consumo a raya, ya sea comiendo juntos, ya sea cocinando juntos algunas veces", indica la profesora Sinha.
"Creo que hay una necesidad de volver a las bases para más o menos reformular nuestra relación con la comida y enfocarnos en la conexión entre el estrés y la comida".
bbc







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