El Centro para el Estudio de la Democracia advirtió que Moscú ha centrado su estrategia geopolítica en países como Venezuela, Brasil y Bolivia, utilizando el sector energético como herramienta de poder
El Centro para el Estudio de la Democracia (CSD) presentó este miércoles un informe titulado “El Alcance Global de Rusia: Manual del Kremlin en América Latina y el Caribe”, que analiza cómo Moscu ha intensificado su influencia económica y política en la región en los últimos años. Los autores del reporte y diversos expertos compartieron sus perspectivas sobre este fenómeno geopolítico en una videoconferencia de la que participó Infobae.
El reporte señala que, desde que Rusia fue objeto de sanciones internacionales por la invasión a Ucrania, el Kremlin ha redirigido su atención hacia América Latina, una región que considera crucial en la competencia global. “Países como Venezuela, Brasil, Bolivia y Panamá, con desafíos recurrentes de gobernanza, se han convertido en objetivos claves para Rusia. Esta estrategia tiene como objetivo reforzar sus lazos económicos y políticos aprovechando las vulnerabilidades de los países”, explicó Germán Rueda Orejarena, uno de los autores del informe y miembro del programa de Energía y Clima del CSD, durante la presentación del estudio.
A pesar del crecimiento del comercio entre Rusia y América Latina en la última década, Rueda Orejarena advirtió que las cifras siguen siendo relativamente pequeñas en términos globales. “A pesar de que las importaciones totales desde Rusia hacia Latinoamérica se han casi duplicado en la última década, el comercio ruso con la región sigue siendo relativamente pequeño, representando solo el 2% del comercio total de Rusia con el mundo y aproximadamente el 0,7% de los lazos comerciales de América Latina, lo que equivale a unos USD 20.000 millones”.
Brasil, según explicó Rueda Orejarena, ha emergido como el mayor socio comercial de Rusia en la región, concentrando el 75% del comercio total con América Latina. “A pesar de esto, la dependencia de la región de las importaciones rusas en sectores críticos como la energía, el armamento y fertilizantes es considerable. Venezuela, Nicaragua, Perú y México dependen fuertemente de Moscú para la importación de armas y equipo militar. Y en cuanto a los fertilizantes, Brasil es uno de los mayores importadores a nivel mundial con el 40% de necesidades cubiertas por Rusia, siendo este un sector vital para la economía agrícola”, remarcó. “Brasil ha adoptado una postura cautelosa frente a las sanciones internacionales contra Moscú, evitando confrontaciones directas debido a la dependencia crítica de los fertilizantes”.
Por otro lado, Venezuela también se destaca por sus estrechos lazos energéticos con Rusia. “La empresa rusa Rosneft controla la exportación de más de 100.000 barriles diarios de petróleo venezolano, lo que permite a Venezuela seguir vendiendo su petróleo a países como India y China, a pesar de las sanciones internacionales”, puntualizó Rueda Orejarena.
El informe del CSD manifiesta que el uso del sector energético como herramienta geopolítica es un pilar fundamental de la estrategia rusa. “Las exportaciones de petróleo ruso a América Latina han aumentado significativamente desde el inicio de la guerra en Ucrania, alcanzando los 300.330 barriles diarios, lo que representa aproximadamente el 5% de las ventas totales de petróleo de Rusia”, detalló Rueda Orejarena.
Asimismo, la penetración de empresas rusas en sectores claves va más allá del petróleo. “Rosatom ha desarrollado una planta de investigación nuclear en Bolivia y está explorando los vastos recursos de litio del país, un recurso crucial para la producción de baterías en el futuro”, detalló Rueda Orejarena, uno de los responsables del informe.
Además de las inversiones en energía y tecnología, el estudio hizo hincapié en la presencia rusa en los centros offshore del Caribe, donde cerca de 125 grandes empresas rusas están registradas en paraísos fiscales como Panamá y las Islas Vírgenes Británicas. “Estas estructuras permiten a Rusia evadir sanciones internacionales y continuar con sus actividades comerciales, incluso en sectores como el petróleo”, añadió Rueda Orejarena.
Y detalló: “En Panamá, Rusia ha utilizado empresas para cambiar la bandera de los petroleros permitiendo que Venezuela siga exportando petróleo a pesar de sanciones internacionales de Estados Unidos y Europa. Estas prácticas no solo permiten la evasión de sanciones, sino que también ayudan a mantener a flote los regímenes autoritarios de la región”.
La influencia rusa en el ámbito político y mediático
Otro aspecto clave que aborda el informe es el uso del soft power por parte de Rusia en la región, que incluye la difusión de propaganda y desinformación a través de medios como Russia Today y Sputnik. Advierte que Moscú ha logrado penetrar en la política interna y moldear la opinión pública a su favor, aprovechando temas como la diplomacia de las vacunas durante la pandemia.
infobaez
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