Por FRANK JORDANS y CHRISTOPH NOELTING
DUESSELDORF, Alemania (AP) — ¿Cómo es posible que alguien a quien le
diagnosticaron tendencias suicidas alguna vez sea contratado como piloto
comercial, encargado de la vida de cientos de personas? Esa es la
pregunta de la que todos quieren saber la respuesta después que las
autoridades confirmaron el lunes que el copiloto de la línea Germanwings
Andreas Lubitz recibió una larga psicoterapia hace varios años.
Según los fiscales, las 150 personas a bordo murieron por la decisión
de Lubitz, de 27 años, de estrellar deliberadamente el Airbus A320
contra una ladera en los Alpes franceses el martes pasado.
El avión volaba de Barcelona a Düsseldorf. Lufthansa, la compañía
matriz de Germanwings, se ha negado a decir si sabía de los problemas de
salud mental de Lubitz, pero dijo que el joven piloto pasó todos los
controles médicos necesarios desde que comenzó a trabajar en su filial
hace dos años.
La autoridad aeronáutica del país no hizo comentarios sobre la salud
de Lubitz, a pesar de reconocer la semana pasada que los registros en
poder de la agencia muestran que necesitaba “exámenes médicos regulares
específicos”, más allá de la revisión anual requerida a todos los
pilotos.
“La Oficina Federal Alemana de Aviación no es directamente
responsable de la evaluación médica sobre la aptitud de los pilotos para
volar”, dijo Cornelia Cramer, la portavoz de la agencia, la cual está a
cargo de otorgar licencias de piloto.
Cramer dijo que médicos capacitados especialmente realizan las
revisiones médicas, pero no quiso decir si ellos transmiten esos
resultados a la agencia. El director de la Asociación Alemana de
Profesionales Médicos de Aviación, la organización que representa a los
médicos que determinan la aptitud física de los pilotos para volar, dijo
que una evaluación estándar no habría sido capaz de determinar si un
piloto sufre de una enfermedad mental grave.
Todos los pilotos deben someterse a controles médicos periódicos que
incluyen una evaluación psicológica superficial, según el doctor
Hans-Werner Teichmueller, jefe de la agencia.
Ese tipo de pruebas, sin embargo, se basan en pacientes que son
honestos con sus médicos. Dijo que una persona con inestabilidad mental
grave habría sido capaz de ponerse una “máscara” en la investigación.
“No se puede ver nada más allá de la cara”, dijo Teichmueller. “Hemos
desarrollado un sistema muy refinado en Europa y la mayoría de nosotros
estamos de acuerdo en que este sistema es óptimo.
Aun si añadiéramos más pruebas psicológicas o modificáramos la forma
en que evaluamos, no podríamos evitar una situación como esta”, agregó.
Lubitz se sometió a psicoterapia “con una nota sobre tendencias
suicidas” durante varios años antes de ser piloto, según la fiscalía de
Dusseldorf.
El vocero de la fiscalía, Ralf Herrenbrueck, dijo que los
investigadores no han descubierto indicios de un motivo para que Lubitz
estrellara el avión ni señales de enfermedad física. A su vuelta tras
una reunión con homólogos alemanes el lunes, el investigador de la
policía judicial Jean-Pierre Michel dijo a The Associated Press que las
autoridades quieren descubrir “qué podría haber desestabilizado a
Andreas Lubitz o llevarlo a cometer tal acto”.
Lubitz era el copiloto vuelo 9525 de Germanwings, que la semana
pasada se estrelló contra una montaña cerca de Le Vernet, en France,
mientras cubría la ruta entre Barcelona, España y Dusseldorf, Alemania,
matando a todos los que iban a bordo.
“Haber llevado a cabo semejante acto es algo claramente psicológico”,
dijo Michel. Las autoridades intentan entender qué hizo que Lubitz
impidiese la entrada del capitán a la cabina y desatendiera sus llamados
para abrir la puerta antes de ordenar manualmente el descenso del avión
en lo que tendría que haber sido un vuelo rutinario.
Para ello, están hablando con quienes lo conocían y trabajaron con
él, como compañeros de trabajo, sus empleadores y sus médicos. En el
punto remoto de la montaña donde se produjo el accidente, las
autoridades francesas estaban construyendo un camino para facilitar el
acceso al lugar.
En la ciudad suroriental de Marsella, el director de operaciones de
Germanwings, Oliver Wagner, se reunió con familiares de las víctimas el
lunes en Marsella, en el sureste de Francia.
En total, 325 parientes viajaron al país, dijo a periodistas. Las
autoridades francesas se han negado a confirmar o negar las
informaciones publicadas por la prensa que apuntan que Lubitz había
estado medicándose para tratar una depresión u otros problemas mentales.
También rechazaron comentar un reporte del diario alemán Bild am
Sontag el domingo que decía que el piloto salió de la cabina para ir al
baño y a su vuelta la puerta estaba bloqueada, y que en un momento dado
gritó a su compañero: “Por el amor de Dios, abre la puerta”.
Brice Robin, fiscal estatal en la ciudad francesa de Marsella, dijo
que ninguno de los cuerpos recuperados hasta el momento había sido
identificado, negando así los reportes de medios hermanos de que se
habían hallado restos de Lubitz. Las pruebas al cuerpo del copiloto
pueden proporcionar pistas sobre cualquier tratamiento médico que
estuviese recibiendo