DESDE MARZO SOLOS
Será la primera Nochebuena sin su madre, y
recordarlo los envuelve en la tristeza. Huérfanos desde hace casi diez
meses, sobreviven con la ayuda del uno al otro, mientras mantienen la
esperanza de que puedan cambiar sus vidas algún día.
Sentados en
una vieja escalera improvisada de madera, el pequeño Ramírez García, de
siete años, y su hermano William García, de 16, observan una olla con
habichuelas sobre un fogón de tres piedras, que será su almuerzo o
quizás su cena.
Su madre fue asesinada en marzo pasado -se presume
que vícitima de feminicidio- y desde entonces Nelson García, el mayor
de 19 años, trabaja descargando mercancías de camiones por unos RD$350
desde hace un mes, de donde le descuentan RD$31 para seguro contra
accidentes.
Llevar tan solo una manzana a sus bocas en Nochebuena
es un sueño, pues el sustento del hogar recae sobre los hombros de
Nelson, y hay días en que no cuenta con dinero para comprar alimentos.
“Yo quisiera comprarles juguetes a mis hermanos”, dice con tristeza,
mientras mira la pequeña casa de madera vieja y recuerda que también
desea pintarla.
Hace menos de un mes consiguió trabajo en la
empresa Nestlé, pero hay días en que, si no llegan los camiones cargados
de mercancía, no tiene pago y no hay con que comer. Una hermana mayor
de 21 años vive en Elías Piña y, según cuenta, tampoco tiene recursos
para ocuparse de ellos.
Miseria
Un viejo colchón sobre cuatro blocks, donde duermen los tres hermanos; una deteriorada estufa, una mesa y dos sillas plásticas rotas por el tiempo, son sus únicas pertenencias.
Un viejo colchón sobre cuatro blocks, donde duermen los tres hermanos; una deteriorada estufa, una mesa y dos sillas plásticas rotas por el tiempo, son sus únicas pertenencias.
No tienen baño, en realidad no tienen casi nada. “A
veces pasamos hambre”, dice William, cabizbajo y con la voz
entrecortada, mientras explica que con mil pesos que envía su padre y el
de Nelson, compran arroz y habichuelas.
La inseguridad con que
viven en la deteriorada casa, ubicada en el barrio Los Solares del Café
de Herrera, cerca de la cañada de Guaijimía, hizo que una tía se llevara
a vivir con ella la más pequeña, de cuatro años, Mariela, a quien
desearían tener con ellos, aunque reconocen que no pueden.
Para hacer sus necesidades acuden al baño de algún vecino o al de la tía a varias esquinas.
Los
tres hermanos continúan en la escuela; la dueña de la casa en donde
trabajaba su madre limpiando les regaló uniformes y cuadernos. Nelson
está en séptimo grado, William en quinto y Ramírez en preescolar.
No
tienen ropa, ni zapatos, solo los de ir a la escuela; las vestimentas
viejas que conservan desde que murió su madre están colgadas en las
paredes de madera de su casa.
Anhelo de Nochebuena
Mañana es Nochebuena, y a pesar de su dura realidad sueñan que sea diferente y que sus vidas tomen un rumbo distinto.
Mañana es Nochebuena, y a pesar de su dura realidad sueñan que sea diferente y que sus vidas tomen un rumbo distinto.
Nelson quiere una bicicleta para William, muñecas para Mariela y carros para Ramírez.
Para
él, solo “tener la casa bonita”. No reciben visitas, así que en su
cena de Navidad estarán solo ellos tres en su humilde casa, si consiguen
el dinero.
Dolor
Dominga García Encarnación salió de la casa donde trabajaba a las cuatro de la tarde el pasado 30 de marzo, y desapareció. Sus hijos buscaron día y noche, hasta que fue encontrada entre matorrales por el padre de Ramírez, quien fue llevado preso por la Policía.
Dominga García Encarnación salió de la casa donde trabajaba a las cuatro de la tarde el pasado 30 de marzo, y desapareció. Sus hijos buscaron día y noche, hasta que fue encontrada entre matorrales por el padre de Ramírez, quien fue llevado preso por la Policía.
El padre de Ramírez salió en libertad, según dicen, y hasta ahora tienen la confusión de si en verdad él mató a su madre.
Los
vecinos dicen que Dominga era una madre ejemplar, que en su pobreza y
dificultades entregaba todo por sus hijos a fin de que tuvieran al menos
el pan de cada día.
Si desean ayudar a estos niños para que puedan tener una feliz Nochebuena, pueden llamar a Nelson al teléfono 829-460-7923.
Ausencia
Aunque su madre no podía darles una mejor calidad de vida por sus condiciones de pobreza, el amor y el cuidado es lo que más extrañan, reflejando en sus miradas el vacío.
Pobreza
Los hermanos no cuentan con ropa ni zapatos, y su casita en mal estado no tiene baño, ni agua, por lo que tienen que caminar varias cuadras para hacer sus necesidades.
Los hermanos no cuentan con ropa ni zapatos, y su casita en mal estado no tiene baño, ni agua, por lo que tienen que caminar varias cuadras para hacer sus necesidades.