25.11.14

Las Mirabal Dia Internacional contra la erradicacion de la Violencia contra la mujer

Minerva MirabalPatria MirabalMaría Teresa Mirabal 

La primera en nacer fue Patria Mercedes, el 27 de febrero de 1924. Bélgica Adela (Dedé) y María Argentina Minerva nacerían inmediatamente después de Patria en años consecutivos, el 1 de marzo de 1925 y el 12 de marzo de 1926 respectivamente. La cuarta, Antonia María Teresa, vino al mundo el 15 de octubre de 1935.

En Ojo de Agua realizaron sus primeros estudios, hasta el cuarto de primaria. Entonces, en 1937, los padres deciden enviar a las tres hermanas mayores al prestigioso Colegio Inmaculada Concepción, en La Vega, para que continuaran sus estudios como internas. Patria y Minerva son las primeras en irse; Dedé fue retenida unos meses para que ayudara con la pequeña María Teresa.

Patria y Dedé continuarían estudios hasta el nivel intermedio (octavo curso). Dedé mostraba interés en ayudar a su padre en los negocios. Patria contrajo matrimonio, con apenas 16 años de edad, con el hacendado Pedro González, de la comunidad vecina de Conuco, el 24 de febrero de 1941.

Con la interrupción de los estudios de Patria y Dedé, Enrique retiró temporalmente del colegio a Minerva, pero el afán de Minerva en continuar estudios hizo que Enrique permitiera que Minerva regresara al colegio después de un año. Minerva se destacó en el colegio como una estudiante excepcional, aplicada por completo a sus estudios y a la lectura en general.

Finalmente, Minerva se graduó de bachiller con excelentes notas en 1946 y durante este último año su hermana María Teresa fue trasladada al Colegio Inmaculada Concepción, para que por lo menos por un año tuviese en el colegio la compañía de su hermana.

Contrario a sus expectaciones, Minerva no pudo continuar de inmediato estudios de Derecho en la capital como era su deseo debido a la tajante oposición de su madre doña Chea porque veía en ello un innegable peligro a su seguridad física, la real posibilidad de que fuera señalada y detectada como enemiga de la dictadura, dada la clara posición ideológica de Minerva, ya totalmente definida.

Minerva permanece en su hogar de Ojo de Agua junto a Dedé y mientras tanto María Teresa cursa estudios en el Colegio Inmaculada Concepción de La Vega pero, en su último año de bachillerato, sería trasladada al Colegio Sagrado Corazón de Jesús, en Santiago, por razones del asma que le aquejaba y que se esperaba que el cambio de clima le favoreciera.

Dedé, por su parte, contrae matrimonio con Jaime Fernández Camilo el 27 de marzo de 1948, estableciéndose en San Francisco de Macorís.

Durante este tiempo de obligado "retiro escolar", Minerva llegó a conocer a Pericles Franco, que había regresado del exilio en Chile para incorporarse a actividades políticas contra Trujillo. Pericles representaba al Partido Comunista y era estudiante de término de medicina. Minerva mantuvo una estrecha amistad con Pericles hasta que éste tuvo que marchar de nuevo al exilio en 1947.


Rumbo a la inmortalidad
El 25 de noviembre de 1960, Minerva y María Teresa, partieron de nuevo hacia Puerto Plata. Le acompañó también Patria, esposa de Pedro González, que guardaba prisión en La Victoria.
Rufino de la Cruz Disla
(1923-1960)
Campesino, conductor y héroe. Nació en Salcedo en 1923, en cuyos campos se dedicó al cultivo de la tierra de sus familiares. Simpatizante de la causa antitrujillista, en 1960 acompañó como chofer, a las Hermanas Mirabal, durante el viaje semanal que efectuaban a la cárcel pública de Puerto Plata, con el propósito de visitar allí a sus esposos. Murió asesinado, junto a las heroínas, en La Cumbre.
Para tal ocasión contrataron un vehículo fuerte ("Jeep"), pues la carretera elegida, la que conduce a Puerto Plata por la vía de Guazumal (Tamboril) - La Cumbre, era difícil, y además, se encontraba en mal estado. Le acompañaba, como conductor, Rufino de la Cruz.
En la visita que hicieron a Manolo y Leandro, las hermanas Mirabal comentaron a sus maridos los rumores que circulaban en Salcedo sobre la posibilidad que sufrieran un "accidente", estilo clásico que utilizaba la tiranía cuando ordenaba la desaparición de un opositor importante, con la supuesta intención de ocultar el crimen.
El informe preocupó enormemente a los esposos del 14 de junio, y Manolo sugirió que cesaran los viajes, y que se mudaran a Puerto Plata, para evitar transitar por carretera.
La recomendación llegó tarde. La orden de asesinar a las hermanas Mirabal ya había sido cursada, y en Puerto Plata se encontraban ya los ejecutores: Ciriaco de la Rosa, Ramón Emilio Rojas Lora, Alfonso Cruz Valerio y Emilio Estrada Malleta, todos miembros de Servicio de Inteligencia Militar. El último, de origen cubano, había prestado esos mismos servicios a la dictadura de Fulgencio Batista.
Cuando las hermanas Mirabal abandonaban a Puerto Plata rumbo a su hogar, fueron detenidas aparatosamente por un vehículo que interceptó el jeep que los conducía. Introducidas a empujones al carro de los matones, y llevadas a un lugar previamente escogido, cercano a La Cumbre, en la carretera bordeada por un precipicio, y allí fueron muertas brutalmente asesinadas a garrotazos y luego de puestos los cadáveres en el jeep, los asesinos lo precipitaron hacia el abismo, aproximadamente a las 7:30 p.m. del 25 de noviembre de 1960.
He aquí la fría narración de uno de sus autores, Ciriaco de la Rosa:
"Después de apresarlas, las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas.
Ordené a Pérez Terrero que permaneciera en la carretera a ver si se acercaba algún vehículo o alguien que pudiera enterarse del caso. Esa es la verdad del caso. Yo no quiero engañar a la justicia ni al pueblo. Traté de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario, nos hubieran liquidado a todos".
Seis meses después, empezaba a derrumbarse el régimen luego del asesinato de Rafael L. Trujillo el 30 de mayo de 1961.