CIUDAD
DEL VATICANO - El papa Francisco confesó el jueves que tomó la cruz del
rosario de su fallecido confesor cuando yacía en el ataúd y la lleva
hasta hoy en una bolsita bajo su sotana, esperando tener la mitad de la
misericordia que el sacerdote.
Francisco
formuló el anuncio el jueves en una reunión informal con sacerdotes
romanos acerca de la necesidad de ser compasivo con los fieles. Contó la
historia de un "gran confesor" en Buenos Aires que escuchaba las
confesiones de la mayoría de sus sacerdotes e incluso la del papa Juan
Pablo II cuando visitó Argentina.
Cuando
el sacerdote falleció, Francisco fue a rezar ante su ataúd abierto.
Dijo que "vi el rosario que tenía en sus manos e inmediatamente salió el
ladrón que todos llevamos dentro y mientras arreglaba las flores, tomé
la cruz". Agregó que en ese momento "lo miré y dije `Dame la mitad de tu
misericordia'".
El pontífice agregó que cuando llegó donde el ataúd se asombró de que nadie le hubiese llevado flores.
"Este
hombre había perdonado los pecados de todos los sacerdotes de Buenos
Aires y no tenía una sola flor", recordó. Por eso fue a comprarle un
ramo de rosas y cuando volvió para arreglarlas en torno al ataúd, vio el
rosario que el sacerdote sostenía en sus manos.
"Y
cada vez que me asalta algún mal pensamiento sobre alguien, mi mano se
dirige allí, siempre", dijo señalando su corazón. "Y siento la gracia y
eso me hace sentir mejor
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