Han tenido que pasar 68 años para que la mejor liga de baloncesto del
mundo cuente con un jugador en activo que haya reconocido públicamente
su homosexualidad. Este domingo 23 de febrero de 2014 pasará a la
historia como el día en que Jason Collins, quien confesó ser gay hace
casi 10 meses y que acaba de firmar un contrato de 10 días con los
Brooklyn Nets, se haya erigido como el primer jugador de las cuatro
ligas profesionales de Estados Unidos en jugar después de hacer pública
su preferencia sexual.
"La vida es mucho mejor ahora", esgrimió el centro. "No tengo que
esconderme sobre cómo soy. Estos 10 meses han sido increíbles. He vivido
nuevas experiencias, he hecho nuevos amigos, he oído nuevas historias y
he compartido experiencias. Todo ha sido muy positivo", relató.
Antes de saltar a la cancha (algo que sucedió disputado un minuto y
medio del segundo cuarto), Collins llegó al Staples Center para medirse a
Los Angeles Lakers envuelto en una nube de expectación mediática.
Arropado por la generalidad de la opinión pública, otros deportistas que
vivieron una situación idéntica como el futbolista Robbie Rodgers o la
extenista Martina Navratilova y compañeros de profesión como Kobe
Bryant; para Collins, lo más difícil ya había quedado atrás.
"Entiendo que es algo muy significativo, al mismo tiempo, hay otros
atletas que están activos y que están en la misma situación. Se trata de
ser atletas, de salir a ganar y competir, se trata de eso", apuntó.
El suspiro de alivio se produjo cuando él mismo se encargó de salir del
armario a través de un artículo publicado en Sports Illustrated. Su
primer encuentro tras el anuncio era un mero trámite marcado por la
presión habitual de cualquier profesional.
"Para mí la presión es jugar un partido de la NBA, la última vez que
jugué fue en abril. Esa es presión suficiente", afirmó antes del
encuentro. "Ése no puede ser mi foco (sobre su homosexualidad), mi
concentración es ejecutar el plan de juego. Estoy enfocado en el equipo y
en el básquetbol. No en las cosas de fuera de la cancha. No he tenido
tiempo para pensar en la historia", apuntó.
Irremediablemente este hecho quedará grabado en la historia de la NBA,
por eso, medios neoyorquinos, angelinos e internacionales no quisieron
perder detalle de un momento único. El jugador brindó una concurrida
rueda de prensa antes del partido entre Nets y Lakers, una circunstancia
nada común y reservada para momentos clave. Esta temporada, el único en
someterse a las preguntas de los medios en la sala de prensa antes de
un partido fue Bryant después de sufrir la fractura en la rodilla.
El nuevo jugador de Brooklyn estaba tranquilo y con ganas de hablar más
del partido y su fichaje por los Nets que de los asuntos externos a lo
meramente deportivo. A pesar de ello, el día había tenido una carga
significativa para Collins. Cuando se despertó a las 8.15 de la mañana
en su casa de Los Ángeles, lo primero que hizo fue mirar su celular y
comprobó que tenía llamadas perdidas de su agente y de Jason Kidd,
compañero, amigo y, desde este domingo, coach
Publicado por-William Gardon
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