Hemos sido testigos del torneo de béisbol invernal con menos figuras de Grandes Ligas.
Léalo otra vez:
Con menos figuras de las Grandes Ligas.
Y eso es peligroso.
Creo que la pelota invernal no morirá, pero no deja de preocupar la baja calidad.
A excepción de Starlin Castro, fue poco lo que se vio este año.
Desfilaron viejos sin trabajo, veteranos, peloteros lastimados, en fin, la cola del béisbol.
Diría que es algo más allá a que los jugadores ganan mucho dinero en Estados Unidos.
Pongamos ejemplos:
1- El sábado en el Tetelo Vargas de San Pedro de Macorís, se tiraron peñones al terreno.
¿Piedras, peñones?.
Sí.
2- Sume el alto nivel de agitamiento de algunos fanáticos que le mencionan la madre al más bonito en el play.
3- Los niveles de inseguridad en las afueras de los estadios.
4- El poco control que tienen los equipos para velar por el nivel de salud de sus jugadores.
Se ha dado el caso de peloteros que se lastiman y no se le informa a tiempo a sus equipos de Grandes Ligas.







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