Un
equipo de investigadores, conformado por expertos de la Universidad de
Rosario y del Conicet, en Argentina, lograron corroborar que la bacteria
Bacillus subtilis previene enfermedades y retrasa el envejecimiento.
El
estudio permitió revelar que esta bacteria proviótica no solamente
afecta positivamente al sistema inmunitario, sino que también actúa
directamente sobre la longevidad. Aunque sus efectos eran conocidos,
recién ahora pudieron ser investigados en gusanos nematodo
Caenorhabditis elegans, organismos que comparten las mismas vías
regulatorias con los humanos.
Roberto
Grau, a cargo de la investigación, explicó que esta bacteria, además de
alargar la vida del nematodo, tiene el efecto de mantener su vitalidad.
“Esto, extrapolado a humanos, significaría vivir más allá de los 120
años con una vitalidad de una persona de 50”, sostuvo.
A
diferencia de otras bacterias, este proviótico no necesita
refrigeración para mantener sus efectos positivos. “Además, tiene la
particularidad de producir un tipo de célula que se llama espora, que es
altamente resistente y que, luego de ser consumida, germina y aparece
la bacteria probiótica activa, produciendo efectos beneficiosos”, añadió
el experto.