El prestigioso semanario norteamericano
Newsweek destaca los efectos de la campaña presidencial en EEUU sobre la
plataforma social y su modelo de negocios
La
campaña electoral que tuvo lugar durante 2016 en los Estados Unidos
probablemente será recordada como la más disruptiva de la historia.
No sólo por el nada despreciable hecho de que colocará en la Casa
Blanca el próximo 20 de enero al candidato más rico, mediático y frontal
que ha visto el país, sino porque sirvió para que se replanteen
los verdaderos roles de medios tradicionales y las omnipresentes redes
sociales, que llegaron para tomar control de todo aspecto de nuestras
vidas.
Si existe una plataforma que ha tenido más influencia en la población a la hora de formar la imagen online de los candidatos Clinton y Trump, sin lugar a dudas esa ha sido la creación del poderoso Mark Zuckerberg, la omnipresente Facebook.
La red social nacida como herramienta para mantener un contacto online
con amigos y familiares se ha transformado, en los últimos años, en una
herramienta decisiva a la hora de construir opinión a nivel masivo, y
las inocentes fotos de vacaciones, salidas nocturnas o aquellas que
celebraban la llegada de nuevos integrantes a la familia han sido lenta
pero gradualmente reemplazadas por noticias duras y, en ocasiones, de
dudosa procedencia, las cuales son utilizadas para alimentar las
visiones divididas sobre una nación que atraviesa un momento histórico.
Pero
expertos aseguran que las noticias falsas son sólo uno de los tantos
problemas serios que deberá enfrentar Facebook en el corto plazo para poder asegurar su supremacía en el mundo de las redes sociales.
Son varios los usuarios que, cansados
de la propagación de un discurso de odio y cargado de intencionalidades
políticas, deciden abandonar la otrora incuestionable plataforma social
para migrar a otros espacios menos radicalizados y más fáciles de digerir, como es el caso de Snapchat, entre los más jóvenes, y la siempre filtrada y amena Instagram, adonde todavía no han desembarcado, al menos a nivel masivo, las noticias tendenciosas y espacios comerciales.
Según se compartió en el artículo publicado por la revista Newsweek firmado por Kevin Maney, un empleado de Facebook que participó en conversaciones confidenciales donde coincidieron los altos mandos de la compañía, "existe un alto riesgo de que todo esto le esté haciendo un gran daño a la compañía".
de identidad y, de alguna manera, de modelo de negocios ha logrado que
muchos de sus usuarios terminen amistades virtuales debido a diferencias
políticas por comentarios expresados online o que directamente eliminen del timeline a personas y medios que no se alinean con sus pensamientos ideológicos.
Muchos usuarios aseguran preferir evitar hablar de política en
reuniones presenciales con amigos o familia y han comenzado a aplicar la
misma lógica a los espacios en línea, donde la aparente seguridad que
brinda el hacer comentarios que pueden ser calificados como
meramente desaprobatorios hasta llegar a un nivel de violencia y acoso
que obligarían a repensar las políticas de censura vigentes hoy en
redes.
Los acuerdos alcanzados entre Facebook y desarrolladores de contenidos
han logrado cambiar el paradigma social, mediante el cual hemos pasado de comentar y darles like
a fotos de amigos y posteos inofensivos de familiares a convertirnos en
ávidos consumidores de contenidos noticiosos que fomentan una
conversación abierta y, en la mayoría de los casos, son
pensados para alimentar esta necesidad de dejar sentada nuestra opinión
sobre cualquier tema de actualidad.
El modelo de negocios de Facebook se centra en mantener a sus usuarios dentro de su plataforma por el mayor tiempo posible, interactuando con otras personas y contenidos para, de esta manera, hacer crecer los ingresos por publicidad.
Estos espacios publicitarios son vendidos a los anunciantes de manera customizada,
completamente a medida de las necesidades de llegar al público
audiencia de determinado producto o servicio. Tan personalizado llegó a
ser el sistema, que Facebook ha tenido que reconsiderar
algoritmos que distinguían no sólo por género o intereses, sino por
perfiles raciales y otros rasgos distintivos que levantaron el alerta de
organ
Gran influencia han tenido las noticias catalogadas como "ClickBait", que sirven
como anzuelos para hacer que resulte casi imposible no hacer clic en el
hipervínculo, recurriendo de manera regular a títulos atrapantes que
pueden llegar a ser engañosos y, en muchos casos, no estar del todo relacionados con el contenido real que está siendo compartido.
Expertos
en educación aseguran que como seres humanos tenemos una mayor
tendencia a compartir contenidos "inflamatorios" que aquellos que pueden
llegar a ser considerados infonesivos, motivo por el cual en los últimos años hemos venido siendo testigos de un aluvión de sitios de noticias falsas, creados con el objetivo de generar un alto tráfico con contenidos que para el ojo menos entrenado podrían pasar como reales.
El
reciente compromiso asumido por Zuckerberg y su equipo de combatir a
las noticias falsas y a los productores detrás de dichos contenidos ha
sido recibido tibiamente por medios tradicionales, quienes han sido entre los más afectados por los cambios en hábitos de consumo de noticias.
Referentes
de la industria aseguran que no existe red social lo suficientemente
poderosa para eventualmente dejar de ser influyente y pasar al olvido.
Si Facebook no logra encontrar la manera de filtrar todos los
contenidos falsos y maliciosamente tendenciosos que son compartidos a
diario en su plataforma, correrá el riesgo de ser aplastada por
una eventual nueva red social, que vuelva a poner el foco en las
"conexiones" humanas y probablemente apalancada en nuevas tecnologías,
como la realidad virtual o mediante el uso de la prometedora
inteligencia artificial.
INFOBAEZ