Parece que las birras y los cubatas nos están poniendo más gordos que los refrescos, y ni si quiera nos estamos dando cuenta
Me sabe mal ser yo la que te diga esto, pero es una realidad a la que tarde o temprano nos teníamos que enfrentar: nos estamos atocinando más a base de vermuts, cañas y cubatas de fin de semana que con los refrescos y los zumitos.
En la mayoría de países se consumen más calorías por la ingesta de alcohol que por las bebidas no alcohólicas.
Así lo demuestra un reciente estudio: en la mayoría de países se consumen más calorías por la ingesta de alcohol que por la de bebidas no alcohólicas. En
Reino Unido, por ejemplo, todo apunta a que atajar el problema con la
bebida podría ser bastante más importante para la salud de los
británicos que la reducción del consumo de azúcar.
De los 24 estados analizados por
Euromonitor International, todos menos uno tenían un consumo calórico
más alto de bebidas alcohólicas que no alcohólicas. Los
británicos consumen más de 106 kcal diarias provenientes directamente
del alcohol, comparadas con las 98 obtenidas de bebidas azucaradas.
El país con un consumo de kcal procedentes del alcohol más elevado es
Corea del Sur, con 168 kcal por día y persona, y solo 44 kcal de bebidas
no alcohólicas. Otros países como Polonia, República Checa,
Finlandia y Alemania se encuentran en una situación muy similar. Los
únicos que parecen saltarse la norma y tener más debilidad por los
refrescos que por las copas fueron los habitantes de Taiwan. Estados
Unidos no formo parte de los países estudiados.
El azúcar es un tema constante en los debates sobre la salud y las campañas para combatir la obesidad, pero ¿Qué pasa con el alcohol?
El azúcar es un tema constante en los debates sobre la salud y las campañas para combatir la obesidad.
No son pocos los gobernantes que han comenzado a introducir impuestos
especiales sobre las bebidas azucaradas para tratar de ponerle un freno
al crecimiento imparable de la obesidad infantil.
Pero, cuando se ponen sobre la mesa los factores que están causando que
cada año la gente esté más y más gorda, nadie parece tener en cuenta el
gran peso que el consumo de alcohol tiene en la ecuación. De hecho, la mayoría de personas ni si quiera son conscientes de que el alcohol les hará subir de peso.
A diferencia de la comida, en la que lo normal es que podamos ver claramente las kcal que contiene cada producto en su envase,
en el alcohol tenemos que recurrir a Google para echar las cuentas de
lo que realmente nos estamos metiendo entre pecho y espalda: y no es
poco. Un vaso grande de vino de trece grados nos aportará unas 228 kcal, y una pinta de cuatro grados tiene en torno a 160 kcal.
"El público tiene derecho a saber qué hay dentro de sus bebidas, para
así poder tomar decisiones informadas sobre su consumo. Estas etiquetas
deberían crear una conciencia en el consumidor. Por ejemplo,
una pinta de cerveza estándar tiene unas 180 kcal, las mismas que una
bolsita de patatas chips. Un vaso de vino tiene unas 200 kcal,
aproximadamente las mismas que hallamos en un dónut" explicaba el
profesor Sir Ian Gilmore, miembro de la Alianza para el Consumo
Saludable de Alcohol.
Tanto los refrescos como el alcohol nos aportan solo calorías vacías.
Sara Petersson, analista nutricional de Euromonitor, quiso aclarar que
este estudio no pretende restarle importancia al consumo de azúcar. "
Es muy interesante porque la razón por la que se ataca al consumo de
refrescos es que son 'calorías líquidas', y no tenemos un mecanismo que
nos advierta de que debemos comer menos después de beberlas. Y con el
alcohol funciona exactamente igual. De hecho, peor: no solo
tiene más consecuencias negativas para la salud, sino que puede
funcionar como un estimulante para el apetito y hacer que, finalmente,
comamos más."
Petersson
considera que reducir el consumo de alcohol es crucial para combatir la
obesidad, la principal causante de problemas cardíacos, diabetes tipo
dos y cáncer y la mayor amenaza para poder mantener los sistemas
sanitarios del planeta.
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