4.8.16

(CONOCE)¿Quién es este desconocido y por qué es el nuevo amo en las listas de éxitos?


mario















Entre Adele y Taylor Swift si hablamos de influencia digital. ¿Quién demonios es Mario Bautista?


Acabo de conocerlo pero su nombre se me hace difícil de recordar. No es porque contenga caracteres extraños o porque sea difícil de pronunciar. Todo lo contrario: es demasiado común. Mario Bautista. A priori, le falta gancho. Podría estar perfectamente grabado en el buzón de uno de tus vecinos y, sin embargo, se encuentra entre el de Taylor Swift y Adele enla lista Billboard de los 50 más sociales.
Social 50 es una lista de popularidad realizada por la publicación referente en la industria musical. Mide la popularidad de los artistas fuera de las listas de ventas. Para ello, se basa en su cantidad de nuevos seguidores en redes, las visitas a su página web y las reproducciones semanales de su música.
Y allí, rodeado de los artistas pop más importantes de la década, se encuentra él, a pesar de que probablemente no supieras de su existencia hasta ahora.

Esta semana ocupa el número 14 pero ha pasado varias semanas anclado en el top 10. Sin ir más lejos, la semana pasada se encontraba en la séptima posición aunque ha llegado a ocupar la segunda.
Más impresionante aún resulta saber que lo ha conseguido cantando en castellano y sin vivir en Estados Unidos. Bautista es mexicano y reside en la ciudad de México.
Entonces, ¿cuál es su secreto?
Siendo objetivos, su música no aporta nada original al panorama: pop adolescente de título cursi pero bailable y aderezado con una cara bonita. Muy al estilo de un primer Bieber o One Direction pasado por una capa de reguetón.

Nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, ¿son suficientes las hormonas adolescentes para colarse en una lista con artistas ya consagrados?
Mario Bautista domina la alquimia de las redes sociales. Imagina que tienes 13 años y que tu ídolo te sorprende con este banner.

Es corriente entre las celebrities de hoy, tener un apelativo cariñosos para sus seguidores. En su caso, no se anda con sutilezas y sus fans son directamente “sus novias”.
Además, si le contestas con un “sí, quiero”, te recibe con una foto sin camiseta.

Un recurso muy recurrente también en su cuenta de instagram, donde ya acumula más de dos millones de seguidores.

De hecho, lo más comentado de su carrera este verano ha sido si en este selfie tenía una erección y si lo hizo aposta para que se hablara de él o no.

Desde que las redes sociales hicieron que ya no hiciera falta que te fichara una gran discográfica para ser conocido en el mundo entero, no es inusual encontrarse a artistas que no suenan habitualmente en la radio en puestos importantes de una lista de éxitos. Algo que ha roto el viejo sistema de celebridades accesibles solo a artistas cuyas carreras son calculadas al detalles.
La historia de Mario, sin embargo, empieza en Youtube hace un par de años. El mexicano  se grababa cantando, rapeando o, simplemente, haciendo monerías y lo subía a la red. Eso fue hasta que un día fue al centro comercial y se dio cuenta de que la gente quería hacerse fotos con él. Así se decidió a perseguir su sueño de infancia. Lo que no quiere decir que se pusiera a llamar a discográficas de puerta en puerta. Lo que hizo fue centrarse en ampliar su público en redes y seguir compartiendo allí su música.
Más tarde, en una fiesta, conocería a los productores que le ayudarían a lanzar su primer single Ven a Bailar y sadría de gira por centros comerciales para presentarlo. Al principio solo asistían unas 40 personas, hasta que de repente un día estaba congregando a miles.Ahora acaba de sacar su primera disco, Aquí estoy yo.
Mario cree que lo que ha hecho que su fama aumente es que la gente ya no quiere admirar a famosos inalcanzables, quieren seguir a gente real haciendo cosas de verdad. Quieren ver a personas corrientes triunfar en la industria y eso es, precisamente, lo que él puede darles.
Mario es muy consciente de que su poder se lo dan, casi exclusivamente, sus fans y se deja guiar al 100% por ellos. Podría decirse que, en este caso, la influencia va a la inversa. No de ídolo a fan sino de fan a ídolo. Así, por ejemplo, Mario, que nunca se había planteado tener su propia colonia, ya tiene a la venta una fragancia. Solo porque sus fans se lo pidieron.
Él mismo parece ser consciente de que es un ídolo a la carta, ya que ha declarado en alguna que otra entrevista que  quiere que sean sus fans los que decidan los pasos a dar a en su carrera.
De momento, le está funcionando.
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